martes, 9 de septiembre de 2008

viaje en colectivo


Sería fantástico encontrarse con un espejo gigante erguido en el medio de la ciudad, sobre alguna avenida. Que duplique los edificios, las calles, la gente. Y que la noche se extienda de sur a sur, y un doble amanecer sorprenda a todos. Estar en el centro de un caos simétrico, mientras encontrás la imagen de tu colectivo, las ruedas, la ventana por donde te asomás, vos, ahí del otro lado, andando a la par. Sería espectacular que esto ocurriera, y jugar a ver quién tarda más en darse cuenta, de que el espejo ya no está.


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