viernes, 20 de marzo de 2009

Entrecaminos

Vuelvo a partir, o quizas nunca me fui? Estoy parado entre lo que es y lo que puede ser, donde nadie se imagina de lo que uno es capaz de ser. El velo de la ignorancia, sumado a la creencia comun de que somos seres mecanicos sin capacidad de accion libre, nos congela. No hago uso de la palabra libertad como forma de libertinaje, sino libertad en torno a la verdadera fuente de riqueza y felicidad. El lugar entre el blanco y el negro, lo bueno y lo malo, el puede ser. Donde no se juzga ni se cuestiona lo que deja de ser ficticio, la irealidad de hecho.
Me paro delante de las palabras que digo para no hablar mas rapido de lo que pienso, no es un filtro, ni pretende frenarlo, sino simplemente acobijar el pensamiento y nutrirlo de la esencia final del ser. Parecido a una semilla que revienta su cascaròn y pide encontrarse con la tierra, con el calor del sol y con el agua que le daràn la fuerza para brotar una hoja, un fruto y una nueva semilla.
En ese lugar finito, porque lo podemos medir no con la razòn, sino con lo que pierde sentido en lo mecanico de nuestra esencia, hay un espacio donde cabe mas que mi propia energia. Dejo de verla de un color, de una forma, se mezcla con la tuya y con lo que nos trajo hasta acà. Nos olvidamos de donde venimos para fortalecer la idea de que somos distintos, de que hay algo por que pelear, siempre, en todo momento y lugar.
Esos instantes de lucidez, donde el paso no es hacia adelante ni hacia atras, ni hacia cualquier punto cardinal, es un paso hacia adentro, nos muestra imagenes de lo que no nos animamos a crear. Chocamos contra la pared de la existencia fisica, que nos impide materializar el pensamiento, por eso creo que la fuente de conciencia no es el pensamiento ni la razòn, sino ese paso que damos. Un paso que nos da la luz necesaria para enfrentar el miedo al cambio, a la necesidad de vincular nuestra existencia en todos sus planos y volcar en conjunto un mensaje mas alentador.


No hay comentarios.: